Solicitar un crédito bancario (o con alguna empresa externa) o la financiación de una compra no es una decisión nada sencilla de tomar. El simple hecho de que esto vaya a afectar directamente tu futuro económico es algo que crea un verdadero terror. Que tu futuro económico dependa de la realización o no de pagos es sin duda algo que debemos tomar en cuenta y pensar con tiempo.
No es una decisión fácil, pero hay empresas que verdaderamente consiguen que esto se vuelva sencillo, como es el caso de los préstamos online en Fintya. Empresas netamente dedicadas a facilitarles a los usuarios la solicitud de préstamos y pagos por financiación. Ahora, queda totalmente en las manos del usuario decidir el momento en cuál está bien o no solicitar un préstamo.
¿Cuándo debería de solicitar un préstamo?
Un préstamo es una buena idea siempre y cuando consideres que esto no vaya a afectar directamente tu futuro económico o poner en juego tu historial crediticio. Es por ello que para tomarlos como una verdadera opción de crecimiento es necesario tener los conocimientos básicos en cuanto a necesidades se refiere.
Siempre será recomendado solicitar un crédito en caso de que tengas la posibilidad de pagarlo y tienes un destino propio para el dinero. Siendo esto ultimo otro punto clave que muchos usuarios dejan en el aire el momento de solicitar el dinero. Quedándose con el dinero solicitado sin tener un uso en específico ideado para él. Algo que es una muy mala idea si tenemos en cuenta el hecho de que se supone que con este préstamo estamos optando directamente por una ventaja económica,
Así mismo, un préstamo es muy recomendable cuando tenemos en mente una inversión o la apertura de un nuevo negocio. Aunque bien su resultado dependerá directamente de la respuesta económica que cree nuestra inversión. Igualmente, se supone que para un plan de inversión estamos teniendo pensado un plan económico a futuro que crearía una respuesta.
¿Moverte con recursos prestados?
Pedir dinero prestado es una mala idea siempre que no tengas un proyecto con el cual puedas darle solución a los pagos. Esto debido a que te estás moviendo con un recurso que no es tuyo personalmente y que podría afectarte a un futuro. Es por esto que lo mejor al momento de solicitar préstamos es optar por ofertas personalizadas, que se adapten directamente a tus necesidades económicas.
Con planes de pago que te permitan darte ciertos gustos con un dinero que si bien no es tuyo, se divide en cuotas cómodas que se ajustan a tu presupuesto. Permitiéndote así el hecho de remarcar un futuro económico basándote en un momento en el cual quizás no cuentas con esa capacidad.
Diferencia entre préstamo y crédito
Un punto clave que muchos usuarios no conocen es la diferenciación entre los préstamos y los créditos. Si bien son términos que suelen ir de la mano, es común confundirlos dado que un crédito en cierto punto es un préstamo pero con mayores limitaciones.
A un crédito normalmente se le agrega un tope máximo y se suele enfocar no directamente en inversiones sino en gastos imprevistos. A diferencia de los préstamos, que normalmente suelen darse en mayores cantidades económicas y suelen ser enfocados en inversiones. Aunque bien, las definiciones de cada uno de ellos dependerán de las entidades propias.
Un crédito es mucho más flexible que un préstamo, tanto al momento de cobro como al momento de pagarlo. Dando la posibilidad de cancelar en su totalidad antes de tener que esperar a ciertas fechas en específico. Permitiendo así al usuario a adaptar sus planes de pagos según sus necesidades.
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