La industria del vino es una de las más importantes en nuestro país, un sector que despierta un gran furor a escala nacional e internacional, haciendo que la cultura de la enología sea todo un reclamo comercial en España. No obstante, las mejores bodegas no estarían a la altura de las expectativas, si no trabajaran con los materiales más adecuados en lo que respecta a su envasado. En este aspecto, todo el mundo piensa en las botellas, pero, ¿qué hay de los tapones? Estos artículos son los encargados de cerrar herméticamente el vino y asegurar su conservación óptima, por lo que los fabricantes de tapones tienen una responsabilidad notable en dicha materia.
Los mejores tapones de Gruart La Mancha
Los fabricantes de tapones de vino, al igual que ha ocurrido en tantos otros sectores productivos, han tenido que ir adaptándose a la innovación dentro del ámbito industrial. En este orden de ideas, la compañía GruartLaMancha ha logrado establecerse como uno de los grandes referentes del mercado. Una empresa que vio la luz en el año 1986 y, desde entonces, ha estado buscando la manera de seguir creciendo como negocio, algo que los ha llevado a contar con un catálogo de lo más variado y de una calidad impecable.
La filosofía que ha enmarcado la trayectoria de Gruart La Mancha es la de respetar la trazabilidad en el proceso de producción, es decir, siguen de cerca el corcho, desde su origen hasta que llega a las bodegas de sus clientes, manteniendo en todo momento un trabajo de exhaustivo cuidado con la manipulación del material. Sus tapones de corcho natural lideran las ventas de la compañía, los cuales se escogen de las mejores planchas y están destinados a vinos de crianza, reserva y gran reserva. Con un acabado natural y un lavado a base de peróxidos, estos tapones se adaptan a todo tipo de longitudes y diámetros, razón por la que son la mejor opción para los enólogos.
Sin embargo, Gruart La Mancha se adapta a las necesidades de cualquier tipo de cliente. Debido a ello, disponen de otros modelos, como los tapones de corcho colmatados, perfectos para vinos de media crianza y los jóvenes. También, cabe hablar de los de corcho técnicos, ideados para el cava y el champán; o bien, de los cabezudos, un formato pensado para cualquier tipo de licor. Como puedes ver, su capacidad para adaptarse a las condiciones de cada botella es ejemplar, disponiendo también de tapones con medidas especiales para los vinos más exclusivos.
Una empresa con historia, que siempre mira al futuro
Como bien hemos anticipado previamente, la historia de Gruart La Mancha se remonta al año 1986. Por aquel entonces, la comunidad manchega gozaba de una enorme demanda en lo que respecta a los tapones de corcho con cabeza de plástico. Tal fue el éxito de la empresa que, en tan solo tres años, se vieron obligados a llevar sus instalaciones a un polígono industrial, sede que sigue activa en la actualidad.
Con el paso de los años, fueron expandiendo el negocio, e implementando todo tipo de novedades en el ámbito productivo. En 1996 obtuvieron el certificado ISO 9002, algo que les llevó a invertir en la maquinaria más moderna de dicho sector para, en 1999, comenzar con la filosofía de la trazabilidad que mencionamos antes. De este modo, se convirtieron en los únicos responsables de la producción de todo cuanto vendían. En el nuevo siglo dieron un salto de calidad en términos de calidad y sus tapones se convirtieron en famosos por todo el planeta, es más, en 2006 tenían delegaciones en varios países.
Nada de esto habría sido posible sin la apuesta de sus líderes por innovar año tras año, adaptándose así a las tendencias del mercado en cada época. Ya en 2011 abrieron una nueva fábrica y su crecimiento se situó en el 40%, pudiendo así invertir en nuevos sistemas de depuración de aguas en 2017. En consecuencia, es evidente que Gruart La Mancha tiene la experiencia suficiente como para asegurar el máximo nivel en cada artículo y, con la mirada puesta en el futuro, siguen demostrando por qué están en lo más alto de la industria.
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