Hace siglos ya que el tejido industrial representa uno de los elementos fundamentales en la estructura social a la que estamos acostumbrados. Cada uno de los elementos que se llevan a cabo en estas fábricas son fundamentales para las acciones que realizamos a través de todo tipo de productos. Y sí, esto es prácticamente cualquier cosa que se nos pueda ocurrir. En este sentido, el diseño de prototipos es una labor de suma importancia de cara a crear propuestas tangibles y funcionales. Unos bocetos de lo que será la pieza final que sirven para detectar errores, taras o características estéticas. Pero, ¿cómo se desarrollan estos prototipos? ¡Te lo contamos!
Fabricación aditiva, la bienvenida a la impresión 3D
Tener una idea sobre la creación de algún tipo de artículo (bien sea una pieza para la fabricación de otros o un producto en sí mismo) y llevarla a cabo es arduamente complicado. Desde que se diseña el plano hasta que el resultado final ve la luz pueden pasar varios meses. En todo este tiempo, la fabricación y diseño de prototipos se presenta como uno de los puntos más importantes. Una comprobación previa de cómo va a ser el producto en cuestión para corregir cualquier posible problemática. Además, es un buen recurso de marketing para presentar el boceto en ferias o eventos de cara a encontrar inversores.
La técnica de fabricación más avanzada es la que se conoce como aditiva. Un sistema fundamentado en la impresión 3D que, mediante una boquilla, láser o lámpara, se plasma la imagen por ordenador de una pieza en concreto. Asimismo, podemos encontrar hasta cuatro subcategorías en esta metodología. En función de las necesidades de cada prototipo, se aplicará una u otra.
La primera de ellas es la estereolitografía (SLA), la cual utiliza una resina líquida que se solidifica tras la aplicación de un láser, gozando de una precisión incontestable. En el caso del sinterizado de poliamida (SLS), el láser sintetiza materiales plásticos y metálicos, lo cual abarata el proceso. También destaca la Multijet fusión (MJF), que sustituye el láser por lámparas para brindar las mejores prestaciones mecánicas. Por último encontramos el Fused deposition modeling (FDM), que calienta un hilo depositado capa a capa en la impresión 3D, clave por su versatilidad. Como puedes ver, cada medio tiene sus propias ventajas y es importante que los fabricantes dominen a la perfección todos ellos.
Otras técnicas en las mejores empresas de prototipado
Sin embargo, la impresión 3D no es el único medio que puede utilizar una empresa de prototipado para cumplir con sus funciones. El mecanizado y el uso de moldes de silicona son también opciones igual de válidas a las que merece la pena prestar una atención especial. Porque familiarizarse con los procesos productivos del ámbito industrial nos otorga mayor control sobre los bocetos que estamos contratando. Lo cual nos hace obtener los mejores resultados en cada uno de los prototipos solicitados.
La técnica del mecanizado se basa en esculpir un bloque de material plástico o metálico por medio de diferentes máquinas. Ejemplo de ello son las CNC, las fresadoras o los tornos. Poco a poco, la materia prima se convierte en el prototipo esperado con su material definitivo. Algo especialmente satisfactorio si se necesita el producto de cara a ferias y eventos en los que se debe ofrecer la mejor versión posible del artículo. No obstante, lleva tiempo y esfuerzo.
Por otro lado, encontramos los modelos de silicona, aunque no podemos definirla como un sistema per sé. Es más bien una técnica que permite llevar a cabo la producción en cadena en caso de que necesitáramos una tirada del prototipado en cuestión. El primer paso en este caso es elaborar el molde según el diseño del boceto para, posteriormente, añadir resinas, ceras o poliuretano. Una opción que se asemeja a la inyección de termoplásticos y que, de una manera simple y rápida, deriva en varios productos en poco tiempo.
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