perdida del oido

Problemas de audición: Un síntoma que debe de resolverse a tiempo

Las personas reaccionan demasiado tarde a la pérdida de la audición, debido a que esta transcurre sin que se note a lo largo de los años.

Christiane Volter, profesora alemana que dirige el Centro de Competencias Auditivas de la Universidad de Ruhr explica que a los afectados les cuesta reconocer que están padeciendo pérdida auditiva. Pues a menudo son los familiares quienes llevan a los pacientes a consulta, ya que son los que notan primero que la persona escucha la TV a un volumen elevado o no entienden cuando les hablan.

Un problema que no tiene nada que ver con la vejez

La perdida de audición comienza en la mayoría de los casos entre los 45 y 65 años, debido a causas genéticas, acontecimientos de trauma acústico, pérdidas repentinas y repetidas de audición que adelantan la aparición.

Según la Organización Mundial de la Salud, de las personas entre 60 y 69 años, uno de cada cinco sufre de alteración auditiva, y en el caso de las personas de 70 a 79, el porcentaje aumenta a 42%, mientras que en los mayores de 80 son 71,5% los afectados.

Por esta razón, los especialistas recomiendan que las personas mayores de edad vayan con tiempo al otorrinolaringólogo y se realicen un test de audición, con ello sabrán que si el resultado no es bueno pueden comenzar a usar audífono que compense la disminución al escuchar.

Consecuencias de la pérdida auditiva

Cuando el problema no se trata a tiempo y dura mucho tiempo en progreso, las consecuencias pueden ser desagradables, ya que van mucho más allá de los problemas comunes de comunicaciones. Debido a que escuchar mal puede ocasionar riesgos físicos, como caídas, trastornos psicológicos y trastornos mentales.

Toda persona que sufra de una deficiencia auditiva, las señales acústicas entrantes ya no coinciden con lo que almacena el cerebro en la memoria a largo plazo, y esto resulta agotador, ya que los afectados deben de utilizar sus capacidades cognitivas para lograr la formación de una oración con sentido de los fragmentos que alcanzó a escuchar. Con ello, se desperdician muchos recursos cognitivos que ya después no están disponibles para otras tareas.

Una persona que no escucha bien se retrae

Las personas con mala audición corren el riesgo de ser dependiente de cuidados especiales y de asistencia, sobre todo por el riesgo a caídas. Incluso, suelen retraerse, generando esto un daño adicional.

Cuando se comparte menos y se participa menos en las conversaciones con otras personas se obtiene menos input estimulador y esto afecta la capacidad cognitiva. El aislamiento combinado con falta de movimiento aumenta riesgo de depresión.

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